Caminando voy sin rumbo, por
un mundo de amor, siembro
simientes de paz, alegría y
estirpo dolor, que día ha de
llegar, donde todo sea amor.
La vida hay que disfrutar, solo
pensando en sembrar, para todos
alcanzar, la felicidad, el amor
y la satisfacción de ayudar, al
mundo en su dolor.
Tomo notas en el camino, para
encontrar el destino, lleno
de felicidad y amor, que si lo
buscamos y al cielo rogamos,
haciendo el bien que podamos.
El sol saldrá lleno de colores,
la vida se llenará de amores,
en la tierra, viviremos en la
gracia y podremos repartir, paz
y felicidad.
Solo con desear, no más que lo
necesario y dejar para otros,
lo que puedan necesitar, así
llegaremos a disfrutar de paz
amor y caridad.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero
18/09/2018.
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