No hay bien ni mal que cien años dure

Ni esperanza que no perdure
el pobre no pierde la esperanza
de que algún día acabe su tristeza,
el rico cree, que el maná que le
llegó.

Es eterno yo nunca pierdo, la
esperanza en el amor, la fe en el
Señor, ni la convicción de que esta
vida es camino que nos llevará a
a otra mejor.

Para eso creo, vinimos a este
mundo algunos creen otra cosa
pero hay que alimentarse de amor
despojarse de egoísmo y creer en
El Señor.

No llegamos aquí por casualidad
sembremos realismo, repartamos
ilusión al final hay justicia también
perdón existe bondad infinita en el
ser que nos creó.

Obviemos la maldad y el egoísmo
que conducen al precipicio, tomemos
el camino de la bondad, la caridad
y el amor y seremos felices, llegando
a un mundo mejor.

El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 15-06-2015