Al ver su linda figura
la luz de su mirada
el candor de su hermosura
sus labios color de grana.
Melena negra como el azabache
ojos verdes preciosos
piel de cobre reluciente
quise probar las mieles.
Del aroma de su boca
allí me quedé enganchado
mi mente se volvió loca
perdí mis cinco sentidos.
Contemplando su belleza
más de pronto se me abrió
ya perdí hasta la cabeza
lo que son las cosas del Amor.
Desde entonces ya no vivo
solo pertenezco a ella,
mi pobre corazón suspira
rebosando amor por tenerla.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 10-01-2014.
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