jueves, 4 de mayo de 2017

La alondra y el ruiseñor

Una alondra volando,
acertó, a pasar, por un nido,
donde, había un ruiseñor
estaba, triste y herido.

Herido, en su corazón,
su pareja, había perdido,
al verlo, tan apenado,
bajó y le dio, su calor.

Lo cuidó, e hizo de él, otro,
su alegría, recuperó,
le hubiese, gustado quedarse,
más lo impedía, su corazón.

En su nido, había dejado,
sus polluelos y a su amor,
el ruiseñor, agradecido,
la juró, eterno amor.

Y la dijo, estas palabras,
a ti, te debo esta vida,
jamás yo, lo olvidaré,
en mi corazón, dejas grabado.

Ese gran amor, que con tanto,
cariño, y celo, pusiste, tu
imagen, nunca, he de olvidar
y he de agradecer, mi amor.

El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios.