más, a Dios, yo le pediría, qué
cosa, amor y solo amor, amor
verdadero, no sujeto a egoísmos.
Estamos en un mundo, donde todos,
necesitamos amor, ricos y pobres,
los unos porque clamamos, los
otros miopes, cuando las orejas
ven al lobo.
En ese momento, claman a Dios,
les gustaría, se olvidase su
avaricia y entonces su ego se
arrepiente y proclaman su amor.
Todos queremos, ser tratados
con amor, más muchas veces,
ocurre, que el amor entre dos
personas, se acaba en una.
Aunque la otra quiera, se ha
quedado sin amor, llegaron
circunstancias, que inviable
lo hicieron, se acabó el amor.
Esto entre seres humanos, es
frecuente, aunque a ciencia,
cierta sepamos, que hemos roto
un corazón, somos despiadados.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 1-05-2017
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