martes, 19 de diciembre de 2017

Los momentos felices


Anoche tuve una cena, íbamos
a celebrar, un momento precioso
la cena de Navidad, nos juntamos
veintisiete, amigos con ganas
de disfrutar.
Y todos, reÍmos cantidad y
calidad, se bailó como trompos,
que dicen, en mi tierra natal,
la cita era a la nueve, personas
de toda edad.
Se prepararon las mesas, no
habÍa prisas en empezar, la
noche era larga, teníamos
que disfrutar, lo hicimos de
forma sana.
Como amigos de verdad, nos
pusimos a la tarea, cenando
y charlando, sobró de todo
pues se habÍa llevado, mucha
cantidad.
Una vez cenados, la cena habÍa
que bajar y comenzó el baile,
se prepararon en corro doce sillas,
para trece parejas, a mi al ir
solo.
Se me encomendó, una tarea,
especial, la música, la juerga,
iba a comenzar, comienza el
baile y al pararse la música.
Se tenÍan que sentar, la pareja
que, se quedaba sin silla, se
iba a eliminar, cuando menos lo
esperaban, la música paraba.
La escena era digna de grabar,
algunos bailar querÍan, con la
silla al trasero pegada, el que
iba a su lado, lo empujaba, no
trampas, ni ventajas.
Cuando todos fueron eliminados
comenzó otro parecido juego,
La Escoba, se le daba a una
pareja y comenzaba el baile.
Al parar la música el que se
quedaba, con la escoba, si
era el último que la cogió,
se eliminaba, algunos huÍan
de ella.
Como si la peste fuese, los
había especialistas, en tan
ardua tarea, pero también los
había avezados, que la escoba
les enchufaban.
Las horas se diluían, como
azucarillo en agua, me miro
el reloj, dos y media de la
madrugada, había que irse a
dormir.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 19-12-2016.

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