a pasar, por un nido, donde
había un ruiseñor, estaba,
triste y herido, herido
en su corazón.
Su pareja, había perdido,
al verlo, tan apenado,
bajó y le dio, su calor,
lo cuidó, e hizo de él, otro,
su alegría, recuperó.
La hubiese, gustado quedarse,
más lo impedía, su corazón.
en su nido, había dejado,
sus polluelos y a su amor,
el ruiseñor.
Agradecido,la juró, eterno amor.
Y la dijo, estas palabras, a
ti, te debo esta vida, jamás
yo, lo olvidaré, en mi corazón
grabado dejas.
Ese gran amor, amor que con
tanto cariño y celo, pusiste,
con todo amor, tu acción
siempre, siempre, guardaré
en mi corazón.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero. Copyright, 17-09-2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios.