sábado, 7 de octubre de 2017

Ayer comenzamos curso en la coral

Para poder ir, tuve que recurrir,
a la bondad de los compañeros,
pues era de noche y tengo recomendado
por el médico no conducir de noche,
mis cataratas.

Me lo impiden, el problema era que,
la partitura no veía, pero mi sorpresa
fue que falta no hacía, mi mente se
agudizaba y sin partitura yo cantaba,
el profe.

Nos mostraba con su gran voz, letra y
entonación, yo en mi mente ambas cosas
gravaba y la falta quedaba superada,
qué emoción, podía cantar sin desentonar,
era todo satisfación.

El espíritu necesita sentirse feliz y
yo lo era, tanto como una perdiz en
el trigal, uno a uno nos fuimos saludando,
con cariño y alegres, de habernos por
fin encontrado.

Todos preguntaban, como has pasado
el verano, la verdad que a mi, sin
mi baile y mi coral, aparte del
calor se me hizo eterno, qué gran
aburrimiento.

Los humanos necesitamos, cariño y amor,
combustible de la vida, que mantiene
la ilusión y en verano, tantas vacaciones,
lejos de agradar, merman ilusíones, una
vez recuperadas vuelvo a ser feliz.

El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 07-10-2017.
 

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