Amor... Palabra divina,
que del Cielo nos llegó,
palabra que obra el milagro
de crear transformación.
En los seres que encallado
tienen, su corazón,
sembremos de amor el mundo,
para ver, si así logramos.
Desterrar de él la avaricia,
la miseria y el paro,
además de tanto vicio,
de acumular los humanos.
Para que quien tiene familia,
pueda, encontrar trabajo
y ganar así el sustento,
que es un derecho humano.
Y que todo el mundo acceda,
a vivienda y formación,
que es un derecho de todos,
recogido en la Constitución.
Vivamos sin egoísmo,
y el mundo será mejor,
aportemos nuestro grano
y podremos conseguir.
Un mundo mas justo y noble
donde podamos vivír, sin
agobios e injusticias y
legar a nuestros hijos.
Una tierra conservada, que
nos dieron en usufructo y
no es propiedad privada,
cuidemos rios y montes.
Y todo, cuanto tenemos,
que vivimos de paso y es
obligación, ineludible,
que el día que lo dejemos.
Nadie pensar pueda, esto fué
un mundo de ensueño, que se
cargaron nuestros antepasados,
se perdieron especies y cosas,
conservemos el legado.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 26-04-2014.
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