viernes, 24 de noviembre de 2017

Era una mañana de otoño

Que invitaba a pasear, se diría
más bien, era una mañana, por
su temperatura, primaveral, en
qué se diferenciaba, el frio de
la noche.

El color de la hoja transformaba,
le daba ese encanto, otoñal, los
colores cambiaban, la parra virgen
y el arce, parecían pasar, por los
pinceles rojos.

Y los suelos se comenzaban  prestos
a alfonbrar, la falta de lluvia,
hacía que al pisar, la hoja seca,
sonase a música, un tanto singular,
los pájaros comen bayas.

De lindos colores que rebuscan por
doquier y su plumaje adquiere,
preciosos colores, al hacer bueno,
trinan sin cesar, reparten alegría
y belleza sin igual.

El paseo se acaba, hemos de regresar
hay que hacer comida, la vida ha de
continuar, sembremos amor, cariño y
bondad y pensemos que, en esta vida
a otra hemos de llegar.

El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 24-11-2017.

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