todo en personas de una
edad, otras la exigencia,
lo quiero, alto y guapo.
Puestos a pedir, que sea
rico, no importa su corazón,
por nimiedades de la vida,
perdemos la ocasión, de
disfrutarla.
No aceptemos, que la oveja,
pueda ver las orejas en el,
mastin, imaginandose, son
las del lobo, seria un
error.
Sí debemos aceptar, que cada
cual, vea o haga lo que el
o ella, considere oportuno,
es su derecho y hay que ser,
coherentes.
Pero es una pena, que por
desconfianza, no sopesemos
la posibilidad, de dar una
oportunidad, impidiendo ser
feliz.
El Ruiseñor
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 16-11-2016.
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