lunes, 12 de junio de 2017

Somos buscadores de amor


Hurgamos en el mundo, en el revoltillo
buscando amor, con el somos felices,
si no lo tenemos con ahínco lo buscamos,
a ver si encontramos las migajas del
amor.

Ese bien tan preciado que nos hace
felices, cuando de el carecemos
lo añoramos de tal forma, que nos
sentimos desgraciados, tenemos gran
necesidad de amor.

Fuimos creados por y para el amor,
desde el momento mismo de la concepción
sentimos y gozamos del amor, por eso
mismo, somos felices cuando sentimos
que tenemos amor.

Aquel día hacia calor, salí a pasear
la playa bullía, buscando el frescor
de las olas del mar, el agua azulada,
la arena blanca gruesa y redonda
como canicas.

Había torretas con vigilancia y equipo
de salvamento, para caso de necesitar,
sentí una mirada sin verla clavada en
mi nuca era una despampanante mujer,
volví la mirada.

Su hermosura me dejó prendado, sonreía
no sé si era cebo o si yo había picado,
sé que mis ojos quedaron cautivados,
mi mente se había nublado, será aparición
o el calor me ha afectado.

Se viene a por mí y me dice no te vayas
y te haré muy feliz, balbuceo y la digo
estoy muy lejos, en lugar extraño y no
sé si sería feliz, me acerca su cara y
posa en los míos sus labios.

Acaso dudas de mi amor? Esto solo es una
muestra, disfrútalo, qué tendrá el amor
que todos lo buscamos, a veces nos lo
encontramos, como miopes pasamos y no
paramos de buscar amor.

El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 12-06-2017.





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