Sería un paraíso acabarían las
guerras, en vez de fabricar
armas podríamos fabricar piedras
que el mundo entero pueda tener
digna vivienda.
La inteligencia se usaría para
un fiel reparto nada básico,
nos faltaría sin derroches sin
degradar haciendo, siempre bien
a la humanidad.
Pero tropezamos con piedras como
el egoísmo, el ansia, el deseo
de acaparar más y más, luego nos
vamos y aquí se ha de quedar, si
llevamos equipaje.
San Pedro no nos dejará pasar,
vivamos felices sin malgastar,
sin opulencia, con humildad, así
a todos les llegará recojamos
piedras y a edificar.
Nadie sin techo deberá estar,
sembremos amor y bondad que
nunca falte la Caridad, amor
a tu prójimo reparte ya y un mundo
nuevo encontrarás.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero. Copyright, 14-06-2015
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