Me levanto cada día, dando gracias
al Señor, Él me provee en la vida,
de todo hasta de amor, no hay amor
mas grande, que el que proviene de
Dios.
Vivo satisfecho, en mi vida, lo que
ocurre es voluntad, del Señor, ayudo
en lo que puedo y siento una gran
satisfación como ha de ser, dice un
dicho popular.
No es mas rico, el que mas tiene,
si no el que menos necesita, no
son necesarios, lujos, ni tampoco,
la opulencia, en los países pobres,
el amor, es lo que cuenta.
Hoy el mundo nos presenta, lujos
y comodidades, que placer, ver
esos yates. Cuando, otras cosas,
nos enseñan, miramos, para otro
lado.
Pobreza no interesa, aunque tal
vez, te enseñen, cosas buenas de
aprender, como estirar las cosas,
repartir y encontrar, solidaridad
y cariño.
Mal favor, a los hijos hacemos, si
en la abundancia crecen, acaban
por creer, que las cosas del cielo,
llueven, cuando en realidad salen,
del sudor de nuestra frente.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright. 02-05-2017
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