lunes, 29 de mayo de 2017
Y la vida inexorable camina
Ayer estuve a llevar a dos amigas
a un gran centro comercial, me
tuvieron esperando como como tres
horas y como mis piernas no me
dejan andar mucho.
Me dijeron, tu te sientas y nos
esperas y yo me puse a observar
que colorido qué mozas que mamas,
no sabias donde tus ojos posar
pero no me aburría.
Qué señoras qué mamas algunas
con el bebé en brazos recién
salido de fábrica otras con el
marido y el niño pero este
conduciendo.
En cochecito eléctrico, de pronto
oigo chaca chaca chaca cha, pasa
un trenecito cargado de mamas y
niños cuanta vida que emoción llegó
un momento.
Que tuve que salir yo, aprovechando
al paso encuentro una óptica paso y
les pido por favor, si serian tan
amables de ajustarme las gafas y
todo amable.
El dependiente se presta solícito, no
solo a ajustarlas además me las limpia
me venía bien mis ojos no perdían
detalle, al cabo de un rato vuelvo a
oír el chaca chaca.
Así hasta cinco veces pero es un placer
contemplar vida yo pensativo pensaba
no sé si habrá descendido el índice de
natalidad pero el mundo no se acaba en
esto aparecieron.
Mis amigas vamos a tomar algo y con la
emoción se fue la tarde, conclusión
el mundo inexorable continua, cuanto
niño, cuanta mamá, pero fue un placer
poderlo contemplar.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 29-05-2016.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios.