encontré brasa encendida
que prendió mi corazón
fuiste tú mujer querida.
Quien en mi, la llama encendió,
esa que, consume mi vida, la
que hace, arder mi corazón,
sin sangre me estoy quedando.
Me estoy derritiendo, de amor,
moja mis labios, mi vida,con
el néctar de tu amor, que apaguen
algo mi sed, antes que me consuma
yo.
Necesitaré buscar mares, de
olas, gigantes y sol, para
mecerme en sus aguas, soñando
que aún, vivo tu amor, que
mi corazón.
Nunca sepa, la desgracia que
sufrió, ya que lo estoy engañando,
con piadosas mentiras, cada vez
que me dice, reboso ríos de amor.
Si un día se enterase, qué lo
nuestro se acabó, no podría
seguir viviendo, moriría de dolor,
queriendo, como te quiere, qué
sería de mi amor.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 20-10-2016
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