Lo guardo para cuando tu llegues mi amor,
te espero con la ilusión del chaval que
a su primera cita acude, rememoro en mi
mente ese amor dichoso, que en tus brazos,
lleno de ilusión gozo.
Amor que a los dos nos sale del pecho,
brotando cual torrente por el caudaloso
lecho, la vida nos citó por vez primera,
tu amor hizo de planta adormidera y me
dejó sumido en la espera.
Que triste es la soledad cuando te alejas,
mi pecho dejaste de tu amor cautivo y
cuando tu no estas, sin ti yo no vivo
esperando, mi amor que un día llegues,
con un torrente de alegría.
Prendió lleno de raíces en mi pecho y
espero pronto sea recompensado y mi
ánimo se vea regocijado, al sentir el
calor de tus dulces brazos y libar el
néctar de tus labios.
Sentir el placer de tus besos, eso es
lo que me mantiene vivo, recordando
el aroma de tus besos, no me hagas mas
larga la espera, que mi corazón ya
desespera.
Desea apagar el fuego que le consume,
solo con pensar en la miel de tus
labios y la pasión que ponen, cuando
se entregan, comparable al colibrí
libando la flor.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 28-05-2016
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