Allí vi la luz por vez primera,
me crié y como hombre me forjé
y como tiran las raíces de tu
querida tierra, momentos hay que
te gustaría.
Poder volar, para de vez en cuando
irla a visitar, pueblo humilde
donde los haya, encuadrado en la
comarca mal llamada Síbéria, donde
se forjan los hombres.
Qué bonita es mi tierra, últimamente
la quieren, nombrar patrimonio de la
humanidad, apegados al trabajo y a su
tierra, los hombres no quieren se
convierta en zona turística.
Quieren que les dejen trabajar y no
que les acoten, donde se pueda
cavar, estando en el hospital, me
visitó una voluntaria y oh casualidad,
tiene un cuñado.
Que tiene casa en Síruela y esta
Semana Santa va a pasarla allí, la
hice la ruta de compras por Siruela
y tomó buenas notas, pero qué decir
de Siruela.
Si hasta las mujeres son preciosas,
su gente es de lo mas noble, su
Hermíta y su Virgen de Altagrácia,
vivero de fe, su semana santa, sus
procesiones.
Sus dulces celestiales del convento
de las monjas, los churros de Mári
Mar, su carne de cordero o chivo y
sus embutidos, son delicia del paladar.
Si tuviese alas, para volar poder,
iría a Siruela el páraiso donde me
crié, tierra de caza y pesca,
tambien se dan las setas, si naturaleza
quieres disfrutar. SIRUELA.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios.