Me digo, habrá persona que,
escriba más que yo, cada día,
lo hago, tratando de llevar,
alegría, cariño y amor, tengo.
Un manantial, en mi pecho, que
brota, como un torrente de amor,
sus aguas son cristalinas, su
efecto al beberlas, placentero.
Intento calmar, la sed, de aquellos,
que necesitan amor, el mundo, lo
pide, cuantos necesitados, claman
amor, un abrazo, cariño, un beso.
Una rosa, una humilde flor, a
veces una sonrisa, que vean,
cariño y amor, lo malo es que,
nuestro corazón, lo pide, pero
unas veces por vergüenza.
Otras, miedo a la reacción, tal
vez pereza, nos aguantamos, las
ganas de repartir amor, veo con
tristeza, que el mundo clama
amor.
Qué alegría, disfrutamos, cuando
nos decidimos, a dar amor, mi
debilidad, son ancianos y niños,
pero no miro edad, ni hago, nunca
selección, repartamos amor.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 01-12-2016.
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