Con el verano, llega el calor y con el,
deseos de frescor, paradojas de la
vida, en verano queremos frio y en
invierno, añoramos calor si señor.
Comentamos con las amigas, que
ganas tengo, de irme a la playa, ya
queda poco gracias a Dios, luego
resulta que en vez de ir a descansar.
En esos días no se para y se está
deseando a casita llegar, hay que
madrugar para coger un buen sitio,
para a las diez de la mañana como.
Sardinas enlatadas estar, muchas
disfrutan de vacaciones, volviendo
al pueblo, donde tienen una casita,
hay piscina y se puede veranear.
Pero cada cual me digo yo, hacer
puede lo que la gana le diere, lo
que no veo claro eso de fardar y
si en tu pueblo te sientes feliz, nada.
Te lo va a impedir y cada uno sabe,
dónde le gusta disfrutar y conoce los
encantos del lugar, a veces nos acaba
por condicionar la vida, el postureo.
Palabra tan de moda que es como,
cuando el gayo se levanta y se pone
delante de las gallinas a fardar, yo
digo no es necesario, posturear.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 10-07-2017.
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