jueves, 27 de julio de 2017

Un viaje por mis sueños


La noche estaba calurosa, habíamos
rebasado otra vez, los veintisiete
grados y el calor, volvía a hacerse
pesado, después de dar vueltas y
vueltas.

Un viaje había iniciado, me había
marchado a Alaska, esquimales
había encontrado, iban en trineo.
por perros tirado, pero ellos cubiertos
de pieles.

Llevaban su cuerpo tapado, paran al
llegar a mi, hay un hueco en el
trineo y me invitan a subir, llevan
pieles de leones marinos y carne de
reno, para congelar.

La despensa han de llenar, voy en
mangas de camisa, me dan una piel
curtida que agradezco cantidad, me
estaba quedando helado y se debía
notar.

Me llevan a su ígloo, invitándome a
pasar, pero está hecho de bloques de
hielo, pienso me voy a helar, nos
acomodamos todos, vuelvo a notar calor,
me salgo a tomar el aire.

Los perros aguantando la helada en la
puerta están, mas que ha prisa me
meto y el contraste del calor, me
vuelve a despertar, como siga así el
verano.

Aire hay que instalar, para dormir
fresquito, porque este año el calor,
no para de apretar, derretirse hay
que evitar, pero estos calores no se
pueden aguantar.

El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 27-07-2016.

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