martes, 18 de julio de 2017

Somos afortunados demos gracias a Dios


Todos los que tenemos techo, pan y amor,
somos privilegiados del Señor, abramos
los ojos del corazón y pensemos que
hay mucha gente enferma, con problemas
de pobreza.

Pensemos que no es más rico el que más
tiene, si no el que menos necesita,
cuando trabajaba, me gustaba ir a ver
los niños que cada año, llegaban de
Tinduf.

Ofrecía mi mano a uno con una sonrisa
y en el momento me rodeaban, cantidad
de ellos ofreciéndome su manita, son
felices con solo ver cariño, tienen
un corazón de oro.

Por contra cuantos niños, tienen una
habitación llena de juguetes, móvil
y play y no son felices, quieren
aquello que no tienen, en mis tiempos
el día de reyes.

Dormíamos con la ilusión de almohada
y una humilde armónica nos llenaba
de felicidad, oírla sonar era soñar,
cómo han cambiado los tiempos, salvo
excepciones.

No pedimos un libro, ni tampoco amor
y cariño, yo pido ser merecedor de
lo que tengo, si me gustaría tener
un amor, pero si no llega, será que
no me conviene.

El Ruiseñor .
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 18-07-2017.

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