lunes, 3 de julio de 2017
El Ruiseñor y la rosa
Hoy os voy a contar mi seudónimo
El Ruiseñor porque espero que
sepáis porqué yo tanto lo quiero
cuando era joven compré una casa
En un lugar que ahora habito.
Había un gran parque al lado que
llamaban La Alameda se decía
entonces con orgullo inusitado
tiene cien mil álamos y yo estaba
encantado.
Lo que no decían era está lleno de
ruiseñores, yo trabajaba de noche
y llegaba con los albores pero ya
a distancia oía los trinos de
ruiseñores.
Estaba clareando el día que alegría
cuanta emoción yo los escuchaba
absorto con tanto trino pero esto
no era todo dormía feliz y al
levantarme.
Cuidaba los arbolitos y rosales los
cavaba cada día el ruiseñor me
acompañaba retozando contento, por
los bichitos que obtenía al momento.
Me obsequiaba con sus trinos de árbol
a rosal me seguía cuan feliz me hacía
más una epidemia con los álamos acabó
aquello era su hábitat el ruiseñor se
marchó.
Pero en mi mente ha dejado, un gran
cariño por lo mucho que con él yo
he disfrutado, te marchaste ruiseñor
aquí un amigo dejastes, por eso mi
seudónimo.
El Ruiseñor.
Agustín Recio Borreguero, Copyright, 03-07-2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios.